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Foto del escritorAIMY TOURS

Mi experiencia en Real de Catorce.

Cuento mi vivencia en este viaje, pues me gustaría que te atrevas a vivir la vida; las aventuras son recuerdos que se quedan impregnados y son para siempre. Un viaje siempre es la mejor inversión para el alma.



Juan Miguel Muñoz a miércoles 31 de agosto 2022

Era el sábado 18 de septiembre del 2021, el día que partíamos a Real de Catorce, aunque en ocasiones anteriores había ido de paseo a ese Pueblo Mágico, pero para ser sincero solo había ido y llegado hasta la iglesia, puesto a que el único paseo el cual conocía era ir a caballo a el Pueblo Fantasma.

Yo ese día me preparé para ir, en mi maleta puse una chamarra, unos calcetines extras, papel higiénico, bufanda, gel antibacterial y un par de cubrebocas, preparé mis botas (ya que me gusta llevar un calzado resistente, esto evita que se dañé fácilmente y que no me tuerza un pie en sus calles empedradas), y unas sandalias para bajar del autobus y no traer las botas puestas durante todo el viaje. Después de terminar de arreglar todo me dispuse a dejar suficiente agua y comida a mi perro, pues, aunque solo es un viaje de ida y vuelta, si pasa algo y no llego a los dos días, no quiero que pase hambre. Pero al verlo, él parecía que ya sabía que me iba a ir un par de días y que no iba a estar, pues se puso algo triste; yo sé que algunos leyentes dirán que solo es mi mente la que hace que vea que el perro esta triste, pero en realidad soy yo el único que sé que se ira y no lo veré en varios días.

Ya estaba cerrando bien mi casa para salir cuando escucho la reja del pasillo y era mi perro triste, por lo que le hablé a mi mamá y le dije que me separara un asiento para mi perro, pues él me iba a acompañar en el viaje, me regreso y de inmediato tomo su maleta de perro, la que tiene malla para viaje, eché su correa, su suéter de Capitán América, su palto de agua y comida, y un par de pañales para poner en el asiento en donde iba ir él.

Al llegar al lugar donde salía el autobús, éste ya se encontraba en el lugar, el perro (Thanos) causo revuelo entre la gente, pues es que mi perro es demasiado sociable, tanto, que siento que un día de estos me lo van a robar.

Para los asientos yo pedí que me dieran los de atrás, pues así, los olores del perro no iban a molestar a las personas, y al menos yo, me sentiría más cómodo ya que, aunque Thanos es un perro muy tranquilo, siempre estoy con la idea de que molesta a las demás personas, solo que son tan amables que no me lo dicen.

Durante el camino Thanos se portó muy bien, tendí el pañal en el asiento y se echó a dormir casi todo el camino y sin molestar a nadie, hicimos una parada en un restaurante en donde había baños y así que está a la orilla de la carretera, dejé que Thanos fuera a explorar un rato y así hiciera sus necesidades fisiológicas. Aproveché que una amiga que iba en el viaje se ofreció a cuidarme mi perro para ir al baño y posterior seguimos el camino.

Lo que me encanta de viajar en el autobús, es que siempre conoces a gente nueva y haces plática y planean cosas para cuando llegues al destino, esto realmente es muy bueno, además de que te haces más amenos el camino.

Al llegar ya había hecho un grupo de amistades y nos íbamos a dar el Tour. Por lo que al llegar lo primero que hicimos fue buscar un baño, pues, aunque el autobús tenía baño, muchos preferimos ir a uno más normal y que no se mueva cuando quieres tener buena puntería.

Cuando llegamos aún estaba obscuro, eran las 5am de la mañana aproximadamente, pues checamos la hora y lo que casi todos notamos es que no teníamos señal es nuestros celulares, pero esto es parte del viaje, la aventura lo más allegado a un contacto con la naturaleza.

Todos habíamos decidido cruzar el túnel Ogarrio, y sus 2.3km caminando. Pero... Pues ya estando en la entrada del túnel, vimos que mucha gente hacia fila en las camionetas que cruzan el túnel, por lo que mejor decidimos pagar los $30 pesitos que cobraban y ahorrarnos la caminada.

Subir a las camionetas que cruzan e túnel del Ogarrio es una experiencia maravillosa, pues te da una idea muy somera de lo que pasaban diario los mineros que en tiempos pasados cruzaban para trabajar hace más de 100 años de su construcción.

Al llegar al final del túnel, es como si se viera viajado en el tiempo, lo primero que ves son construcciones muy antiguas y algunas ya en ruinas, caminos emparedados y luces en su mayoría de luz incandescente, lo que hace que no se pierda esa sensación de estar en un pueblo antiguo y rustico.

Al comenzar nuestro camino por la calle Lanzagorta, nos topamos con muchas tiendas donde vendían dulces típicos de la zona, y muchos puestos de comida y souvenirs, y si, eran apox. las 6am y parecía un atardecer más que un amanecer, esto por la cantidad de personas y comercios abiertos.

Yo me compre una Peyoconcha, un pan de concha, pero era verde con forma de un peyote, planta con propiedades alucinógenas que se da en la zona y que en la antigüedad y hasta la fecha es utilizada por una tribu local para sus rituales; obviamente pregunte si no tenía esa planta los ingredientes con los que se hizo, y pues gracias a Dios, no.

Continuamos el camino hasta llegar a un costado de la Parroquia de la Purísima Concepción, por el lado de la calle Lazagorta, donde ya había una fila para ingresar, la fila a pesar de que era larga, realmente ya no tardamos mucho ya que estaba avanzando a buen paso.

Lo primero que pensé es que no me iban a dejar entrar con el perro, pero este lo llevaba en los brazos por lo que no tuve problemas en el acceso, realmente las personas que estaban allí de staff, estaban más preocupados por el que se hiciera bien la fila que por ver que o quienes ingresaban.

Al ingresar lo primero que notas es que el piso es de una madera ya muy vieja y despostillada, y la construcción neoclásica, con techos muy altos y coloridos, llegamos hasta el altar de estilo neogótico, a un costado se encuentra la imagen más venerada de la Parroquia, San Francisco de Asís, o como le dicen los locales, Panchito. La salida es por el retablo, en donde hay muchísimas imágenes de milagros realizados por el Santo Panchito; éstas están realizadas en pequeñas placas y algunas cuentan con escritos explicando el milagro, allí mismo se encuentra una tienda de artículos religiosos con precios muy accesibles. Realmente no se cuento tiempo estuve en ese lugar, pues cuando salimos ya había amanecido.

Caminamos por las calles empedradas y aprovechamos para tomarnos algunas fotos las cuales nos salieron muy monas, cruzamos la Plaza Hidalgo y dimos vuelta por la calle Zaragoza, donde había muchos comercios. Allí muchos tomaron derecho para ir al restaurante el mirador, que se encuentra a un lado de la tirolesa.

Pasamos por el hotel en donde se hospedan las estrellas cuando gravan películas en Real de Catorce, llegamos al paredón, donde aún se notan las huellas de las balas, después nos fuimos a la antigua Plaza de Toros, ruinas que quedan de monumento a la grandeza de la ciudad que algún día fue Real de Catorce; nos tomamos fotos en la puerta del panteón y después a comprar unas gorditas y tamales deliciosos, mi amiga pidió un menudo que a juzgar por su cara y reacción estaba delicioso.

En nuestro camino por calle Zaragoza, nos encontramos un puesto de ropa para mascotas, obviamente no podía dejar pasar la oportunidad de comprar un Poncho (Suéter estilo Heppe), a Thanos.

Y por fin llegamos a la calle Morelos, de donde salen los famosos Willis, carros 4X4 que realizan un tour por las partes emblemáticas de Real de Catorce. Para ser sincero era la primera vez que tomaba uno de estos tours, pues en viajes anteriores solo iba hasta la iglesia y ya; para mí, Real de Catorce solo era eso.

Estos carros pueden trasladar hasta 14 personas, pero al ver el vehículo lo primero que me pregunté fue ¿Dónde es qué meten a las 14 personas? ¡Pues si! Justo lo que está pasando por tu mente, las suben en el maletero, ósea en el techo del vehículo. Pensé, esto es inseguro, pero al ya tomar el tour, que por cierto ni loco me iba en el maletero, pero mis amigas si lo hicieron jajaja, quedé como cobarde ante ellas, pero hasta en las aventuras tengo limites, la primera calle que se toma es La Cuesta de los Arrepentidos, y si querido lector, lectora o lectore... Ya en ese punto me arrepentí, pues es un camino a cuestas que es angosto y empedrado a lado de un voladero muy profundo y que era doble sentido, por lo que solo en partes más anchas se podía pasar y cuando no, había que maniobrar en reversa.

Mis amigas refieren que sentían toda la adrenalina del mundo, yo solo abrace a Thanos y al igual que yo iba asustado, pero valió mucho la pena, pues nuestra primera parada fue en Socavón de la Purísima, una mina abandonada en donde un guía nos explicó cómo es que se trabajaba en ese lugar. No te quiero spoilear, pero la historia de ese lugar es alucinante y no puedes llegar a comprender hasta dónde llega la avaricia del ser humano por riqueza.

Continuamos nuestro camino, nos llevaron a una planicie en donde pudimos ver la vegetación típica del lugar y ver cómo es que crece el Peyote, y como este es usado por las tribus locales como y lo he explicado en renglones anteriores. Después fuimos a Estación Catorce, una estación de tren que se encuentra aún en funciones y corrimos con la suerte de que había un tren donde nos tomamos fotos y comí elotes y tomé aguas frescas. Posterior tomamos nuestro camino de regreso, llegando nos fuimos inmediatamente a comer pues ya hacia hambre. Taquitos de guisos muy económicos y sodas es lo que compramos, y ya era hora de tomar nuestra camioneta que nos atraviesa el túnel de regreso, hacía donde se encuentra nuestro autobús.

Compramos algo de fruta en los locales que estaban en el estacionamiento para el camino.

¡Sí, querido lector, todo esto fue en un mismo día!

Ya de regreso llegamos a compra refrescos y quesos en el camino, francamente yo estaba muy cansado, y a duras penas vi la puesta del sol por la ventana de mi asiento antes de quedarme dormido.

Al despertar ya estaba en Monterrey, dormí bastante bien y esto con la seguridad de que en Aimy Tours los operadores de autobús tienen mucha experiencia.

Llegamos antes de medianoche, por lo que al llegar a casa Thanos y yo solo nos tiramos a dormir ya que habíamos gastado mucha energía en el viaje, pero a la mañana siguiente, y ya con internet, me puse a subir las fotografías a mis redes sociales, mientras reía por las aventuras que pasé ese día. Justo ahora que estoy escribiendo esto me rio de mí mismo de las cosas que hice y que no me había atrevido antes a hacer. Porque un viaje es eso, es una aventura y no puedes solo quedarte a ver qué es lo que hacen los demás para ver si yo lo hago o no.

Un viaje es para aventurarte y hacer cosas que parecen algo peligrosas, pero que valen la pena el riesgo. Pues al final una aventura es un recuerdo que queda como un tatto en el alma y vive en tus recuerdos para siempre.


🌵🤠 Real de Catorce Pueblo Magico

🌄 𝗧𝗢𝗨𝗥 𝗥𝗘𝗔𝗟 𝗗𝗘 𝗖𝗔𝗧𝗢𝗥𝗖𝗘 🌵🌞🤠 uno de los puntos turísticos más importantes de San Luis Potosí, el cual ofrece la oportunidad de realizar distintas actividades.

Conoce las maravillas de este pueblo mágico. #YoConAimyTours #AimyTours #AimyToursMty

🚌 Viajamos en autobús con todas las comodidades (🚽WC, ⚡USB, 📺TV, ❄️Clima, 💺Comodos, 🧳Maletero).

🙋🏽‍♂️Coordinador de viaje.

📅 Salida el 17 de septiembre

💲Express ida y vuelta desde *$850.⁰⁰* p/p.

Aparta ya y no te quedes sin lugar.

WhApp 8125383439 💬


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